Como buen místico de su época (y tal vez de cualquier otra), John Dee ejerció durante el siglo XVI una admirable versatilidad en torno a múltiples habilidades: fue alquimista, matemático, astrónomo, mago y consejero real. Su influencia como astrólogo personal de la Reina Isabel I, le valió los recursos y el respaldo suficientes para desarrollar con tranquilidad sus labores en las grandes artes.
Configuró el sistema ‘enochiano’ de magia, épica labor realizada en sociedad con Edward Kelly (prominente personaje del ocultismo renacentista). Este modelo, por cierto uno de los predilectos de Aleister Crowley y en general de la orden del Dorado Amanecer (Hermetic Order of the Golden Dawn), resultó, de acuerdo con sus autores, de transmisiones que recibieron directamente por parte de entidades angelicales.
Una peculiar herramienta que Dee utilizaba en diversas prácticas (entre ellas la síntesis del modelo enochiano): se trata de un espejo de obsidiana que fue llevado desde México hasta sus manos. Al parecer era un dispositivo que los brujos aztecas utilizaban en sus rituales y el cual, por sí solo, afloraba un extraño poder. Este tipo de objetos son populares en el arte de la adivinación (se dice que Nostradamus tenía el suyo), y de acuerdo con algunas versiones, los ángeles que transmitían información a Dee y Kelly, se hacían presentes gracias a la superficie de este espejo de obsidiana.
El espejo de obsidiana se usa tanto para adivinación como para vislumbrar seres que tenemos alrededor e incluso contactar con ellos.
Dentro de la cultura azteca la pieza se asociaba a Tezcatlipoca “el espejo humeante”, deidad de la noche y la oscuridad, y quien formaba parte de los cuatro dioses creadores, figuras de enorme relevancia en la cosmovisión de está sociedad. El Specularium de Dee, su famoso espejo de obsidiana negra, paso a planos de algunos coleccionistas hasta que finalmente terminó en las arcas del Museo Británico, donde actualmente se exhibe. Este instrumento pasaría a la historia como uno de los grandes catalizadores de magia , herramientas que si bien poseen un cuerpo palpablemente físico, tenían la cualidad de incidir en las estepas sutiles de dimensiones alternas.
Dentro de la cultura azteca la pieza se asociaba a Tezcatlipoca “el espejo humeante”, deidad de la noche y la oscuridad, y quien formaba parte de los cuatro dioses creadores, figuras de enorme relevancia en la cosmovisión de está sociedad. El Specularium de Dee, su famoso espejo de obsidiana negra, paso a planos de algunos coleccionistas hasta que finalmente terminó en las arcas del Museo Británico, donde actualmente se exhibe. Este instrumento pasaría a la historia como uno de los grandes catalizadores de magia , herramientas que si bien poseen un cuerpo palpablemente físico, tenían la cualidad de incidir en las estepas sutiles de dimensiones alternas.
Hoy en día muchos brujos usan un espejo tintando de negro como método alternativo.
Fuente: http://pijamasurf.com
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