miércoles, 11 de marzo de 2015

Símbolos y amueltos interculturales y el Inconsciente Colectivo

El Inconsciente colectivo y su relación con la simbología de diferentes culturas del Mundo

Lo inconsciente colectivo es un término acuñado por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, quien postuló la existencia de un sustrato común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la psique que está más allá de la razón.

Lo inconsciente colectivo transciende lo inconsciente personal, que también estudió Sigmund Freud, con quien estuvo relacionado Jung en los primeros años del siglo XX, hasta la ruptura a causa de divergencias acerca de éste y otros aspectos.




Jung escribió numerosas obras sobre la idea de los arquetipos inconscientes y ancestrales, entre ellas Formaciones de lo inconsciente, Psicología y simbología del arquetipo, Arquetipos e inconsciente colectivo y Psicología y alquimia. Poco antes de su muerte, aceptó realizar un trabajo de divulgación de sus ideas que se publicó con el título de El hombre y sus símbolos. En esta obra comienza por diferenciar el signo del símbolo en el lenguaje humano. Sostiene que el símbolo es una palabra o una imagen cuando representa algo más que su significado inmediato y obvio. En este último caso es sólo un signo. El aspecto inconsciente del símbolo nunca está definido con precisión ni puede esperarse que lo esté. En la medida en que el arquetipo expresa lo indeterminable, ninguna determinación ligada a la psique consciente podrá suplirlo. El hecho de que se refiera a algo más allá de la razón explica que las religiones usen un lenguaje simbólico y que Jung se haya interesado por las religiones y la mitología, al punto de que muchos autores lo consideraron un místico.

Artículo principal: Arquetipo junguiano.

Las ideas de Jung sobre los remanentes arcaicos, a los que él llamaba arquetipos o imágenes primordiales, fueron malinterpretadas en muchas ocasiones. Los arquetipos expresan los instintos en un sentido biológico, pero al mismo tiempo comprenden el lado espiritual. Se manifiestan en fantasías y revelan su presencia sólo por medio de imágenes simbólicas. El contenido de los sueños es siempre simbólico. El término arquetipo fue entendido como referido a motivos o imágenes mitológicos diferenciados. Jung se encargó de aclarar que si fueran diferenciados serían conscientes. Los arquetipos son en realidad una tendencia a formar representaciones sobre un modelo básico que afecta emocionalmente a la consciencia. Algunos motivos principales son el ánima, o principio femenino, y el ánimus, principio masculino. La sombra es el lado inconsciente de la personalidad, mientras el sí-mismo es la totalidad, parte consciente e inconsciente.

La tendencia a las representaciones arquetípicas es tan evidente en los humanos "como el impulso de las aves a formar nidos". No se adquiere con la educación ni en contacto con la cultura sino que es innata y hereditaria. Los arquetipos se observan en todas las épocas y culturas como manifestación instintiva de la especie, al igual que los instintos se transmiten de un individuo a otro, surgen las fantasías que esos instintos generan, así como la sombra acompaña al cuerpo. Este punto fue motivo de las mayores controversias.

El simbolismo de la muerte, los demonios, dragones y serpientes, círculos y triángulos, el ave como símbolo de liberación y de trascendencia, la peregrinación, el mito del héroe y una serie larguísima de otras figuras habitan lo inconsciente colectivo y constantemente acuden a la consciencia sin que sepamos interpretarlos, con infinitas variantes de formas y detalles. Lo perturbador de los arquetipos es que no llegamos a conocerlos del todo. Y más perturbador resulta el hecho de que, aun conocidos, nunca agotan su significado. Sin embargo, para Jung, el sentido de armonía se consigue mediante la unión consciente de los contenidos inconscientes de la mente. Esa es la "función trascendente de la psique", con la que se supera el yo para conquistar la plenitud del individuo.


UN EJEMPLO CLARO TAMBIÉN SON LAS CARTAS DEL TAROT

OTROS: dragones, serpientes, espiral, estrella, sol, luna, cruces, árbol, etc.

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